Caracol africano gigante (Achatina fúlica)

Entre los miembros de la familia Achatinidae están los más grandes caracoles terrestres conocidos. Los 13 géneros que constituyen la familia, son endémicos de
África, aunque unas pocas especies han adquirido notoriedad mundial al ser introducidas por el hombre en muchas regiones tropicales. Los caracoles son moluscos pertenecientes a la Clase de los Gasterópodos y se diferencian de las babosas por poseer una concha dorsal externa muy visible de formas y colores variados según la especie. Esta clase es la más diversificada de todos los moluscos, es posible encontrar ejemplares tanto terrestres como marinos e incluso en agua dulce.

En la escala zoológica la ubicación taxonómica de los caracoles A. fulica es:

  • Reino Animalia
  • Phylum Mollusca
  • Clase Gasterópoda
  • Subclase Pulmonada
  • Orden Stylommatophora
  • Suborden Sigmurethra
  • Superfamilia Achatinoidea
  • Familia Achatinidae
  • Género Achatina
  • Especie fúlica

La familia Achatinidae es la que regularmente se encuentra en los jardines y zonas de cultivos, donde se alimenta de las partes tiernas de las plantas, llegando algunas veces a convertirse en plaga de importancia económica.

Morfología externa:
El caracol gigante africano terrestre, es un gasterópodo invertebrado de sangre fría formado por dos partes: la concha y el cuerpo. La concha es helicoidal en espiral, compuesta por tres capas: la externa denominada periostraco, la medial o mesostraco y la interior o endostraco.

El pie, está estructurado por fibras lisas que segregan la sustancia mucosa (musina) que facilita el desplazamiento ágil del molusco. La masa visceral está incluida dentro de lo que se denomina el saco visceral, el cual reposa sobre el pie del caracol. Tiene como función primordial la defensa tanto a los factores ambientales como contra los depredadores, en el caso de que se presente esto último, se refugia dentro de su concha. La sensibilidad a los factores se refleja principalmente en cambios en la coloración de la concha.

El cuerpo del caracol está constituido por tres partes: cabeza, pie y masa visceral.
La cabeza, contiene cuatro tentáculos retractiles (dos de ellos más largos en cuyos extremos se ubican los ojos) que cumple con las funciones de los sentidos.
Además podría considerarse que está constituido por una doble bolsa. La interior es musculosa mientras que la exterior es de revestimiento o cutánea que recibe el nombre de manto. La capa cutánea contiene las glándulas que segregan un moco, comúnmente llamado “baba”, que tiene funciones lubricantes protectoras y de poder hidrófilo.
Esta baba brillante que segrega su cuerpo facilita el movimiento y nos sirve para detectar su presencia.
En nuestro medio, el caracol se ha visto forzado a un régimen de vida más activa durante casi todo el año. Entra en fase de estivación cuando el calor es intenso, aspecto que influye en su desarrollo fisiológico.

Órganos de los sentidos:
Presentan dos pares de tentáculos retráctiles telescópicos en la cabeza, los órganos táctiles se encuentran en los tentáculos inferiores, labios y borde del pie que radican en las células neuroepiteliales que constituyen el tegumento de estas superficies.
Los órganos oculares se encuentran en el extremo de cada uno de los tentáculos superiores, tienen función foto receptora con muy poco poder visual, sólo son capaces de diferenciar la luz de la oscuridad y objetos de poca coloración a una distancia de 2 a 6 mm. También carecen de sensibilidad auditiva y de equilibrio, ambos órganos ligados a los otocistos los cuales registran toda perturbación mecánica, cuando la perturbación es menor actúan los otolitos que comienzan a moverse y contactan con las pestañas sensoriales que comunican con el nervio correspondiente.
Estas fibras se entrelazan, para producir una serie de ondas desde la parte posterior hasta llegar a la región cefálica, justo en esa parte llega el estímulo del desplazamiento del caracol, que produce el alargamiento de la cabeza que toma un punto de apoyo fijo y atrae el resto del cuerpo

Locomoción del caracol:
El caracol está adaptado para la locomoción en terrenos ásperos y muy accidentados y una gran adhesión al sustrato. El músculo pedal, está formado por un conjunto de fibras orientadas en varias direcciones: longitudinales, dorsoventrales y transversales, las dos primeras forman el músculo retractor anterior y posterior del pie donde se encuentra la glándula que facilita la secreción mucosa. En la región posterior ocurre un fenómeno inverso, cada onda nueva que nace se acompaña de un ligero acortamiento del pie.
Las ondas siempre se mueven en el mismo sentido que el caracol, es decir hacia adelante, ya que los caracoles no tienen capacidad para desplazarse hacia atrás. Al producirse de 30 a 36 ondas, hace que el caracol pueda desplazarse unos siete centímetros/minuto.
Estas ondas siempre se producen aunque el caracol esté inmóvil y lo hace a razón de 23 ondas/minuto.

Reproducción y ciclo de desarrollo:
Los caracoles terrestres viven entre tres y cuatro años, estando en condiciones de reproducirse generalmente al año o año y medio. La edad de madurez sexual depende esencialmente de la humedad, temperatura, luminosidad ambiental y de la época de nacimiento.
En las diferentes fases de vida, muchos factores como físicos, químicos y biológicos pueden interferir con daños, los cuales se pueden manifestar en cualquiera de las etapas del ciclo biológico e inclusive causarle la muerte.
El ciclo biológico del caracol gigante africano, A. fúlica, se resumen en cinco fases, en atención a las observaciones destacadas en la literatura y diversos ensayos realizados, estás son:
Cópula: aunque el caracol es hermafrodita con tendencia protándrica, la fecundación requiere indispensablemente una cópula recíproca, ésta va precedida de un período preliminar, durante el cual dos animales se reconocen y se frotan repetidamente con las rádulas, adoptando una postura horizontal en direcciones opuestas.
Estos movimientos se acompañan con la secreción de mucus proveniente de las glándulas multífidas, lo que facilita la salida de los dardos calcáreos de sus bolsas, actuando recíprocamente como órganos excitadores mediante estímulos de picado alrededor de los órganos genitales. De esta forma, se provoca la evaginación de los penes.
El pene de cada uno de los animales se mueve libremente y penetra la vagina del compañero merced de la acción de los músculos peneanos y a su propia estructura, momento en el cual se vierte el espermatóforo, elemento que suple la ausencia del órgano eyaculador en los Achatinoideos,
La cópula dura entre 5 y 10 horas. Durante el período de actividad realizan hasta seis acoplamientos en dos meses, siendo normal uno cada 21 días.

Fecundación: para la fecundación se requiere que los óvulos elaborados en la glándula hermafrodita lleguen a la “cámara de fecundación” a través del canal hermafrodita, que es el lugar donde se efectúa la unión de los óvulos con los espermatozoides almacenados que remontaron el tracto genital.
Los óvulos fecundados se acumulan en el canal festoneado, donde son rodeados por una capa de albúmina secretada por la glándula del mismo nombre, y más tarde por una cubierta calcárea blanquecina procedente de la secreción de las glándulas multífidas, que se endurece al contacto con el aire.
Oviposición: el molusco A. fúlica es una especie ovípara. El caracol presenta una cavidad de paredes lisas y sólidas, que comunica al exterior por donde expulsa los huevos.
La postura en los caracoles terrestres se efectúa después de la cópula, período que oscila entre 10 y 50 días, debiendo transcurrir un tiempo variable según la especie, los individuos y las condiciones ambientales
Deposita sus huevos en masa, a intervalos de 5 a 20 minutos, cuando se encuentra en tierra, excava un nido, no muy profundo, con la ayuda de la parte anterior del pie. En ocasiones la puesta puede ocurrir al abrigo de hojarascas, piedras, ramas vegetales y posteriormente obtura el nido con el detritus de tierra de excavación.
Los huevos maduran cuando se ponen en contacto con un poco de humedad. La estructura del huevo consiste en una cubierta externa impregnada de compuestos cálcicos, una capa interna fina, membrana hialina y un cúmulo de albúmina en el seno de la cual se encuentra el embrión.
Los ejemplares jóvenes suelen tener mayores posturas que en las temporadas sucesivas, por lo que los Helicultores recomiendan usarlos como reproductores un sólo año. En Europa son criados en cautiverio (Helicicultura) y muy utilizados para consumo humano.
Incubación: en el laboratorio, se comprobó que el tiempo de incubación está comprendido entre 7 y 12 días, considerando los parámetros de temperatura (23 a 26ºC), pH en rango de 6-7 y humedad relativa entre 73% a 78%. Otros estudios reportan cifras similares para los mismos parámetros evaluados. (Período de incubación que varía de 10 a 25 días, temperatura 20 a 25 ºC, pH 5-6 y humedad entre 76% a 87%).
Los huevos de A. fúlica están provistos de una concha débil, blanquecina y frágil que se endurece progresivamente, son pequeños y redondos, miden de 3 a 5 mm de diámetro al momento de la postura, y adquieren un color parduzco al finalizar el período de incubación, midiendo en promedio 25-35 mm.
Eclosión (período embrionario): la eclosión ocurre generalmente en un día húmedo, lluvioso o por la noche, después que el embrión se ha desarrollado y ocupa todo el espacio interior del huevo. Una vez liberado del huevo, el caracol juvenil permanece 5 a 10 días en la cámara de incubación alimentándose de los restos de la cubierta calcárea y del detritus orgánico.

Ritmo biológico:
La vida de los caracoles se caracteriza por tener tres fases de diferente actividad biológica: vida activa, estivación e hibernación, dependientes de las condiciones higrométricas y térmicas del ambiente. La estivación, es un estado letárgico, más o menos acentuado, como respuesta a los periodos secos de estiaje. Su duración puede llegar a ser de cuatro meses anualmente, durante los cuales el caracol disminuye o incluso puede llegar a paralizar su metabolismo en consonancia con la humedad ambiental. La hibernación ocurre en países con bajas temperaturas invernales y por la disminución del fotoperiodo, es un estado de letargo más pronunciado y duradero que la estivación.
Temperaturas ambientales aumentadas hasta 10-12ºC y una adecuada humedad, permiten al caracol salir de su letargo, el cual posee un apetito desmedido, por las pérdidas energéticas sufridas en la fase anterior.
El fotoperiodo es el principal factor que desencadena la actividad o inactividad, el crecimiento y la reproducción de los caracoles, según se sometan a regímenes luminosos propios de días largos (más de 15 horas de luz) o cortos.
La estivación: se desarrolla en las épocas de máximo calor y menor humedad, en este período los caracoles buscan un lugar protegido que les sirva de refugio (bajo piedras, ramas, grietas, árboles, entre otros), una vez que lo han encontrado, se sitúa con la parte abierta de la concha hacia el exterior del refugio. Elimina todo el contenido del tubo digestivo, se recoge en el interior de la concha y crea una capa mucilaginosa rica en calcio con la que tapa la abertura y se endurece con el aire para proteger al caracol y lo impermeabiliza. Esta capa es el epifragma una estructura con igual función que el opérculo presente en otras especies.

Cuando las condiciones ambientales de temperatura y humedad retornan favorables para los moluscos, rompen el epifragma, salen de su letargo y comienzan a alimentarse. Buscan plantas tiernas para poder seguir viviendo de forma activa y voraz.

Hábitos:
A. fúlica tiene hábitos nocturnos y prefieren los sitios húmedos y sombríos, debajo de piedras, bloques, restos de cosechas, arbustos y hojas secas en descomposición, entre otros. Su actividad comienza al atardecer y gradualmente se incrementa hasta alcanzar un pico a las
4-6 horas después de oscurecer.
En condiciones severas de sequía, cuando la humedad del suelo en los primeros cinco centímetros del perfil baja hasta 6%, se entierran profundamente en el suelo, hasta que las condiciones de humedad le sean favorables. La voracidad alimenticia de los moluscos, ocasiona grandes pérdidas, no sólo en la agricultura sino también en piscicultura y en la jardinería, generalmente ataca inmediatamente después de una lluvia, al atardecer o en la noche.

Utilizan la rádula para raspar la epidermis de hojas, flores, frutos, semillas, plántulas, ramas jóvenes y partes subterráneas, dañando los brotes vegetativos en desarrollo.
Cuando el ataque se hace más severo, se presentan perforaciones de tamaño y bordes irregulares, desmejorando la calidad del producto que va al mercado.
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El hecho de que sean animales lucífugos (que huye de la luz) junto con el mayor grado higrométrico, les lleva a desarrollar su actividad principalmente durante la noche, buscando zonas de penumbra u oscuras durante el día. El viento, por sus efectos sobre la evaporación de la humedad tegumentaria y, por tanto, sobre su hidratación corporal, tiene también un efecto desfavorable cuando adquiere una velocidad excesiva, de ahí que los caracoles busquen lugares protegidos de las fuertes corrientes de aire.

Situación del caracol en Venezuela:
La población de caracoles africanos ha ido en aumento en el país. Se reportó por primera vez en Barlovento hace dos años y desde entonces se ha avistado en Delta Amacuro, Monagas, Portuguesa, Lara, Nueva Esparta, Sucre, Miranda, Anzoátegui y en el área metropolitana de Caracas.

No hay cifras aún sobre la población total en Venezuela, pero se puede inferir que la cifra continuará aumentando. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza la cataloga como una de las 100 especies invasoras del mundo debido al severo impacto que ocasiona en la biodiversidad o en las actividades humanas.

No se sabe de manera precisa cómo llegó al país, pero se cree que fue introducido con fines comerciales como mascota.

Estos moluscos atacan principalmente los cultivos y consumen otras especies de caracoles, de igual forma pueden transmitir enfermedades de forma directa al tener contacto con su secreción o de forma indirecta si se consumen las cosechas infectadas con los parásitos que portan, sin embargo en el país aún no se ha tenido información sobre personas afectadas.

Combate del caracol:
La recolección debe hacerse utilizando guantes de látex y sumergirlos en una solución compuesta por dos (2) partes de agua y una (1) de cloro por un lapso aproximado de dos horas.
Asimismo, los ejemplares no deben ser lanzados vivos en recipientes o sitios destinados para la recolección de basura (aseo urbano) ya que esto contribuye a su dispersión.
Debido a que la recolección del caracol debe realizarse de manera diaria, y una vez que se constata la presencia del caracol debe notificarla a PC, y coordinar con ellos para que esta tarea sea llevada a cabo por el personal de esta institución tomando las debidas medidas sanitarias.
Los reportes indican que se han avistado caracoles africanos en los estados Delta Amacuro, Monagas, Portuguesa, Lara, Nueva Esparta, Sucre, Miranda, Anzoátegui y en el Área Metropolitana de Caracas. Esta especie se reproduce en condiciones tropicales de humedad y altas temperaturas a una tasa elevada, ayudada por su condición de ser hermafrodita y tener una alta capacidad para poner huevos anualmente.

Dr. Avilio Méndez Flores






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