La presbicia

presbicia 4
Nombre relativo:
Vista cansada
Presbiopía

Consideraciones generales:

La presbicia ha sido clasificada por la Organización Mundial de la Salud, fuera del rango de las enfermedades, para convertirse en una condición natural que ocurre en todos los seres humanos, tanto hombres como mujeres, a partir de los 45 años causando dificultades para ver de cerca.

Definición:

La presbicia (del griego πρέσβυς ‘anciano’) o presbiopía, también denominada vista cansada, es un defecto ocular que aparece generalmente a partir de los 45 años y ocasiona dificultad para ver de cerca. Y es que, esta dolencia está provocada por el envejecimiento del cristalino y del músculo ciliar, las dos estructuras del ojo que sirven para enfocar de cerca a través de un procedimiento llamado acomodación.

Anatomofisiología:

El cristalino, situado en la posterior del iris, es una lente biconvexa y transparente que nos permite enfocar correctamente los objetos a diferentes distancias. Esta lente está suspendida en el interior del globo ocular mediante ligamentos suspensorios (fibras zonulares) unidos al cuerpo ciliar (músculos ciliares). Al contraerse este músculo ciliar, las citadas fibras se relajan para permitir al cristalino cambiar de forma, haciéndose más grueso para poder enfocar los objetos más cercanos, mientras que para la visión de objetos lejanos el cristalino se afina al máximo.

La luz procedente de un objeto lejano y otro cercano incide en el mismo punto de la retina gracias a cambio en la curvatura del cristalino (acomodación). Para que la imagen de un objeto observado muy de cerca se vea nítida, es necesario que el cristalino se curve de tal manera que pueda hacer converger los rayos luminosos y se enfoquen sobre la retina.

El ojo humano infantil tiene la capacidad de pasar del enfoque de objetos lejanos a otros próximos, a una distancia muy corta de unos 5 cm, gracias a su gran poder de acomodación, de unas 20 dioptrías.

Patología:

Con el paso de los años, el cristalino pierde plasticidad, y por tanto, su poder para curvarse.
La presbicia es el resultado de la pérdida de la capacidad de acomodación del ojo, lo cual ocurre en toda la población a partir de los 40 años. La acomodación es la capacidad que nos permite ver con nitidez objetos cercanos gracias al músculo ciliar que cambia la forma del cristalino y aumenta el poder óptico del ojo. Sin embargo hacia los 40 años, esta capacidad ha disminuido únicamente a entre 3 o 4 dioptrías, y continua disminuyendo hasta los 65 años, ello impide leer textos situados a distancias cortas, los cuales se ven desenfocados y borrosos, el sujeto necesita alejarse el texto para poderlo ver con nitidez, pero al hacerlo no puede distinguir las letras y precisa gafas para la lectura y la visión a distancias cortas.
Esta situación natural, denominada presbicia, ocurre cuando las fibras que sostienen al cristalino al cuerpo, llamadas zónulas, pierden esa capacidad de contracción y elasticidad, lo cual se traduce en que el cristalino queda flácido, impidiendo la acomodación para la visión cercana.

Las zónulas tienen una capacidad especial de contraerse y relajarse; cuando pierden esa condición, también de forma común se habla del “síndrome de la vista cansada”, y es cuando el ojo hace un mayor esfuerzo para poder formar con claridad los objetos y sobre todo las letras, ajustando la distancia que se lo permite.

Algunas personas de más de 50 años pueden leer sin ayuda de gafas, ello se debe generalmente a que presentan algún grado de miopía o astigmatismo miópico, o a que están desarrollando una catarata que altera la forma del cristalino, lo que paradójicamente les permite ver de cerca sin necesidad de lentes.

Síntomas:

Los síntomas aparecen alrededor de los 45 años y progresan hasta los 65 aproximadamente. Consisten en una dificultad creciente para la visión nítida de objetos cercanos.
La lectura se va haciendo difícil, pues es preciso alejar los textos a una distancia superior a 33 cm para poderlos leer con nitidez. A esa distancia muchos caracteres están demasiado lejos para ser identificados con facilidad. Los síntomas se acentúan en condiciones de baja luminosidad y al final del día.

Habitualmente, la presbicia o vista cansada se comienza a detectar cuando surge la dificultad para leer la letra pequeña o para enfocar objetos cercanos que lleva a tener que alejarlos para poder verlos correctamente (de ahí que muchos la conozcan como “el síndrome de los brazos largos”). Además, la persona que padece presbicia puede sufrir dolores de cabeza ocasionales y fatiga visual. La presbicia puede aparecer acompañada de defectos de la refracción como la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía.

Aunque afecta por igual a personas con miopía que a hipermétropes, en los segundos aparece antes. También hay que tener en cuenta que afecta igualmente a las personas que nunca han requerido usar gafas, ya que se trata de un problema relacionado con la edad.

Diagnóstico:

La vista cansada se puede detectar mediante un examen completo de los ojos con dilatación de pupilas. Por esta razón, los especialistas recomiendan revisiones visuales anuales a partir de los 55 años, ya que a partir de esta edad las personas sean más propensas a sufrir otras enfermedades oftalmológicas como las cataratas, el glaucoma o la Degeneración Macular acorde con la Edad (DMAE).

Durante la consulta médica, el oftalmólogo estudiará el caso concreto e indicará el tratamiento más adecuado en función de la edad del paciente, del defecto previo que tenga y del estado en el que se encuentre el cristalino.

Tratamiento:

La vista cansada, al ser un defecto fisiológico asociado al envejecimiento de los órganos, es imposible de prevenir. Hasta hace pocos años, la forma más habitual de corrección de la presbicia era a través de la utilización de gafas o lentillas. Actualmente, también tiene solución quirúrgica definitiva a través de dos técnicas: la implantación de una lente intraocular multifocal y el láser presbicia.

Tratamiento óptico de la presbicia mediante lentes:
Existen diversos tipos de lentes que pueden ser utilizados por las personas con presbicia, entre ellas encontramos:

Lentes monofocales: indicadas para aquellos que tienen vista cansada pero ven bien de lejos. Son útiles si se tiene que realizar un trabajo que requiera vista cercana durante un largo periodo de tiempo. El inconveniente de estas lentes es que ofrecen una visión de lejos totalmente borrosa, pudiendo llegar a marear.
Lentes bifocales: la parte superior de la lente permite enfocar los objetos de lejos y la parte inferior posibilita ver bien los cercanos. El problema es que impiden ver nítidamente los objetos situados en una zona intermedia y además no son muy estéticas.
Lentes trifocales: a diferencia de las bifocales no sólo cubren la visión de lejos y la lejana, sino también la intermedia. El impedimento que presentan es que es complicado adaptarse a ellas, y estéticamente se notan las tres zonas ópticas diferentes de la lente.
Lentes progresivas y lentes de contacto progresivas o multifocales: la solución más completa, ya que permite una correcta visión desde cualquier distancia sencillamente variando la inclinación de la cabeza o la mirada, sin penalizar la estética. Eso sí, la adaptación a este tipo de lentes es más difícil.

Tratamientos quirúrgicos de la vista cansada:
La presbicia se puede operar de dos maneras, mediante una lente intraocular o con láser. Ambos tratamientos son ambulatorios, se realizan con anestesia tópica y permiten dejar de depender de las gafas y lentillas rápidamente, eliminando su uso para la visión lejana, y poder alcanzar un grado de visión próxima adecuado para la vida cotidiana. Todo ello sin apenas molestias. Veamos en qué consisten:

Tratamiento con lente intraocular (visión multifocal): consiste en sustituir el cristalino por una lente intraocular multifocal, que funciona como un cristalino artificial. Esta lente ofrece dos planos de enfoque, próximo y lejano, siendo el cerebro el que elige el plano más adecuado según queramos ver de cerca o de lejos. Esta operación posibilita, además, eliminar defectos asociados como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo y prevenir la aparición de cataratas.
Tratamiento con láser (visión combinada): es parecido al empleado para corregir la miopía, al que conocemos como Láser-Visión Combinada o Monovisión. Permite corregir la vista cansada, mejorando notablemente la visión intermedia y próxima. Cuando miramos vemos con ambos ojos, sin embargo un ojo (el dominante) está más especializado en ver de lejos mientras que el otro (ojo lector) está más especializado en ver de cerca. Este tratamiento Láser-Visión Combinada lo que hace es potenciar esta especialización, sin alterar la consciencia de visión binocular próxima y remota.

Gafas: Se emplean lentes convexas con una graduación adecuada que oscila habitualmente entre 1 y 3 dioptrías. Mediante su uso se debería poder leer con claridad a una distancia de 33 centímetros. Antes de adquirir las gafas es recomendable una visita al oftalmólogo u optometrista para que realice una valoración de la capacidad visual. Cuando existe un defecto visual previo a la aparición de la presbicia que dificulta la visión de lejos, por ejemplo una miopía, será necesario utilizar dos gafas distintas, una para la visión próxima y otra para la visión lejana, o bien lentes especiales bifocales o multifocales progresivas.
Lentes de contacto bi o multifocales. Estas lentes permiten la visión próxima y lejana con la misma lente.
Monovisión. Consiste en corregir un ojo para la visión lejana y otro para la visión cercana. Este procedimiento precisa de un periodo de adaptación y en ocasiones puede interferir con la percepción de profundidad.

Cirugía. Son posibles varios procedimientos.
Lente intraocular: Consiste en una intervención en la que se extrae el cristalino y se sustituye por una lente intraocular multifocal. Este procedimiento se emplea con frecuencia en pacientes que se operan de catarata y no desean utilizar gafas después de la operación para la visión próxima. Como en toda cirugía, pueden existir complicaciones que en este caso son muy similares a las de la intervención de catarata, en ocasiones después de la intervención se perciben destellos luminosos y puede haber dificultades con la visión nocturna.
Cirugía sobre la córnea: Puede realizarse una intervención con técnica láser diferente para cada ojo, de tal forma que uno de ellos quede adaptado para ver de cerca y otro para la visión lejana (monovisión). También es posible tratar la córnea con láser de tal forma que simule una lente bifocal o multifocal, pero está técnica tiene sus limitaciones y es complicado obtener una corrección adecuada y estable en el tiempo similar a la que se consigue con las lentes intraoculares multifocales.

Prevención:

Una vez que las personas cumplen 40 años deben acudir al médico oftalmólogo, hay casos de gente que, por gozar de excelente salud visual nunca han visitado un especialista visual en toda su vida, sin embargo, al arribar a las cuatro décadas lo ideal es que un profesional haga el chequeo respectivo para determinar en qué condiciones se encuentran los ojos.

Mucha gente llega a los 45 o 50 años y nunca se revisa los ojos, simplemente hacen el ejercicio de ir estirando cada vez más el brazo para enfocar, y cuando ya el brazo no da para más y no logran ver, van al médico, sin saber que la solución es muy simple, es usar lentes correctivos con una fórmula adecuada a la edad del paciente.

Partiendo de que la presbicia aparece a los 40 años y es progresiva hasta los 60 años de edad, imposibilita cada vez más la visión, entonces hace ineludible el uso de los lentes correctivos. Todos estamos marcados para usar lentes en algún momento de la vida.

La visita al médico oftalmólogo al menos una vez al año, ayuda a controlar a tiempo diversos defectos visuales.

Si la persona padece hipermetropía, defecto ocular que consiste en que los rayos de luz que inciden en el ojo, se enfocan en un punto situado detrás de la retina, en lugar de en la misma retina como sería normal, causando una imagen borrosa y falta de agudeza visual; entonces la aparición de la presbicia puede ser precoz, presentándose antes de los 40 años y acentuando el cansancio visual.

Dr. Avilio Méndez Flores






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