La fibromialgia

Definición:

Es una condición caracterizada por dolor permanente en diversas partes del cuerpo acompañado por una lista bastante heterogénea de síntomas, que hace que el paciente sufra física y emocionalmente al percatarse de que su vida es cada vez más limitada.

Es una enfermedad reumática caracterizada, además de dolor crónico generalizado, por la presencia de 11 de 18 puntos dolorosos específicos a la palpación intencionada por el médico.

Suele acompañarse de trastornos en el sueño, rigidez, tensión y de fatiga, además de ciertos padecimientos emocionales como ansiedad o depresión. Ha sido detectada en todos los grupos de edad, aunque afecta principalmente a mujeres entre 40 y 50 años de edad. Se trata de un problema de salud que produce un fuerte impacto social sin distinción de clase.

En esta patología no se presenta inflamación ni alteraciones físicas u otras anormalidades en exámenes de laboratorio.

La Fibromialgia se presenta en 2% de la población y afecta 8 veces más a las mujeres que a los hombres.

Causas:

Actualmente, se reconoce que una causa importante de esta enfermedad es un mal funcionamiento del sistema nervioso que aumenta la sensibilidad al dolor. También se encuentran alteraciones en algunas de las sustancias que circulan en el sistema nervioso, llamadas neurotransmisores y en el flujo sanguíneo cerebral.

Puede influir también el componente genético, variables que produzcan estrés físico y psicológico, enfermedades virales y reumáticas

Síntomas:

Las tres características principales son: dolor, fatiga y alteraciones del sueño.

Las personas con Fibromialgia padecen mucho dolor ante un estímulo que normalmente causaría poco dolor, así como dolor en respuesta a estímulos no dolorosos (como el roce de la ropa sobre la piel).

Describen mucha fatiga que se presenta más en las mañanas, también se asocia a una mala calidad de sueño, ya sea con dificultad para conciliarlo o con despertares frecuentes. También se puede presentar rigidez, sensibilidad en la piel, dolor después de un esfuerzo, colitis, dolor de cabeza, mareos y alteraciones del ánimo.

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Diagnóstico:

Dar con el diagnóstico de esta patología puede tomar varios años. Esto se debe a que el paciente acude a muchos médicos para paliar los síntomas, en lugar de tratar la enfermedad como una condición general.

Por tal razón, para el diagnóstico deben cumplirse varios criterios:
Primero, debe entrevistarse al paciente para conocer la relación de sus síntomas, luego se debe descartar cualquier otra afección y finalmente, se comprueba que el dolor haya persistido por al menos tres meses en 11 de los 18 puntos sensibles repartidos entre la cara anterior de tórax, el espacio intercostal, zonas lumbar y cervical, codos, glúteos y cara interna de las piernas. (Imagen en la parte superior)

Quienes padecen esta enfermedad poseen sustancias generadoras de dolor en una concentración tres veces mayores que el resto de las personas, al tiempo que experimentan una disminución de los inhibidores del dolor (serotonina y norepinefrina). Otra evidencia es que mediante una resonancia magnética funcional, se observa flujo sanguíneo en áreas de dolor ante estímulos no dolorosos.


El diagnóstico se realiza con base en los criterios del Colegio Americano de Reumatología, con los cuales el médico evalúa la presencia la presencia de dolor en 18 puntos específicos del cuerpo al aplicar presión y debe existir dolor generalizado con duración de al menos 3 meses en distintas regiones del cuerpo.

Tratamiento:

Aunque esta enfermedad es crónica y compleja y no tiene una cura definitiva, existen indicaciones farmacológicas y no farmacológicas que pueden producir beneficios. El médico indicará cuál es el tratamiento más apropiado para cada caso.

La terapia farmacológica incluye antiepilépticos y antidepresivos bajo supervisión médica.

Además, a principios de 2009, el Ministerio de la Salud aprobó el uso de la pregabalina para el manejo de esta patología. Este fármaco actúa sobre el sistema nervioso central y posee efectos analgésicos y ansiolíticos. Es un medicamento seguro, porque no se metaboliza en el organismo y no disminuye el efecto de otros fármacos. También se conoce que tiene efectos sobre la depresión y los trastornos del sueño.

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En segundo lugar, la persona debe ser tratada psicológicamente porque puede limitación en sus movimientos y la depresión se debe a todos los ajustes que el individuo afectado tiene que hacer en su vida.

El enfoque cognitivo-conductual parece ser el más efectivo, porque consiste en modificar pensamientos alrededor de la enfermedad que producen actitudes que obstaculizan el desarrollo de la vida cotidiana del paciente.

Conjuntamente, debe incluirse la fisioterapia ya que la meta es que el paciente mejore su calidad de vida y logre mayor independencia, mediante terapias basadas en la aplicación de calor y que impliquen reforzamiento de la motricidad. Es importante la realización de actividades como caminar o hacer ejercicios en el agua para mitigar el dolor, estirar los músculos y liberar endorfinas.

Recomendaciones:

Reducir el estrés: desarrollar un plan para evitar o limitar el estrés emocional. Tratar de estar relajado y de no cambiar su rutina por completa. Cuando, las personas con Fibromialgia abandonan por completo, los síntomas tiende a empeorar. Se debe probar con técnicas de manejo de estrés como ejercicios de respiración o meditación.

Tratar de irse a la cama y levantarse a la misma hora todos los días y limitar las siestas durante el día.

Ejercitarse regularmente. Comenzando lentamente a un nivel tolerable, después puede ir incrementándose la intensidad del esfuerzo y su duración. Al principio el ejercicio puede incrementar el dolor que siente, pero al realizarlo regularmente los síntomas disminuirán. Algunos ejercicios apropiados son caminar, nadar, andar en bicicleta o ejercicios aeróbicos acuáticos. Un terapeuta físico puede ayudar a desarrollar un programa de ejercicios en casa, de acuerdo al caso.

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Mantener un estilo de vida saludable. Comer sólo alimentos, limitar el café. Realizar alguna actividad de disfrute y bienestar todos los días.

Compartir información con familiares, amigos y compañeros de trabajo su el padecimiento. Siempre es bueno que el paciente sepa que no está solo. También existen organizaciones que pueden proporcionar ayuda y promueven el contacto con otros pacientes que pueden entender su padecimiento.

Consultar siempre al médico para informarse sobre los tratamientos farmacológicos innovadores aprobados en Venezuela para el tratamiento de la Fibromialgia, uno de los padecimientos más comunes de dolor crónico y generalizado en el mundo.

Fibromialgia y alimentación:

Una alternativa para entender la fibromialgia podría ser estudiar la nutrición y revisar si está acoplada a los ritmos de las hormonas energéticas. En segundo lugar, se podría analizar el metabolismo de los azúcares y la captación muscular de la glucosa que promueve la insulina, así como los niveles de la hormona hGH y la serotonina, mediadores cuya deficiencia ha sido implicada en el dolor muscular.
Recordemos que los músculos no solo sirven para movernos y desarrollar fuerza. También constituyen una fuente proteínas que pueden ser convertidas en azúcar cada vez que ocurre una baja en la sangre. Esta utilización de los músculos como combustible ocurre especialmente en las primeras horas de la mañana, cuando el organismo está controlado por una hormona denominada cortisol. Esta hormona promueve la utilización de las proteínas como combustible de reemplazo cada vez que disminuye el azúcar en la sangre. Así pues, si nuestro desayuno contiene abundantes proteínas (leche, queso, pollo, atún), son progresivamente convertidas en glucosa a lo largo de la mañana. De este modo, no ocurren bajas de azúcar y el cerebro no necesita extraer proteínas de los músculos para obtener energía. En cambio, un desayuno escaso en proteínas, que solo contenga jugos, galletas, cereales y frutas, produce una secuencia de bajas de azúcar a lo largo de la mañana. Cada baja de azúcar pone en peligro las células del cerebro, que se ve obligado a poner en marcha los sistemas de supervivencia. Estos degradan ávidamente las proteínas musculares, que una vez transportadas al hígado se convierten en glucosa.

Si este desayuno escaso en proteínas se repite por un tiempo prolongado, los sistemas de alarma se activarán cada mañana y al cabo de un tiempo habrán destruido una significativa parte de la masa muscular. La pérdida de proteínas musculares ocasiona cambios en los receptores musculares y con ello produce dolores generalizados.

Paralelamente, los grandes altibajos de azúcar matutinos, ocasionados por un desayuno falto en proteínas, afecta la disponibilidad de combustible para los propios músculos, que entonces acumulan ácido láctico, lo cual exacerba el dolor. A la par, las caídas de glucosa también afectan los niveles de serotonina cerebral, cuyo descenso está estrechamente relacionado con los dolores musculares. De esta manera, podría entenderse el problema de dolor muscular generalizado característico de la fibromialgia.

Dr. Avilio Méndez Flores



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