Candidiasis del lactante

Sinonimia: Moniliasis del lactante

La Candida albicans, está presente en la boca, tracto intestinal, la vagina y la piel sin ocasionar molestias en condiciones normales. Es un hongo levaduriforme de la familia de los Sacaromicetos y como parte de la flora intestinal cumple un papel importante en la digestión de los azúcares mediante un proceso de fermentación.

Desde el mismo momento del nacimiento y con la toma del primer alimento se siembra en el intestino donde pasará a formar parte de la flora intestinal junto con el lactobacilo manteniendo una especie de equilibrio. Al mes del nacimiento se comienzan a ver en los pliegues los signos de su presencia, especialmente el pliegue interno de ambos muslos, donde al abrirlos se puede observar un fondo lineal eritematoso y a cada lado una banda pulida y ligeramente despigmentada. Este detalle puede verse, más o menos igual en otras zonas de pliegues: inguinal, axilar y en la parte anterior del cuello. Con buen estado de salud y a medida que el niño va creciendo estas manifestaciones van desapareciendo espontáneamente y a partir del año de edad no debe haber vestigios de ellas.

En lactantes menores, luego de un proceso gripal de vías respiratorias superiores, de un cuadro diarreico infeccioso, por trasgresión alimentaria o por contagio a repetición de una madre que sufra candidiasis vaginal adquirida en el último trimestre de su embarazo, es cuando la cándida puede hacerse agresiva, y producir un aumento de las lesiones antes descrita manteniendo afectadas las vías digestivas, vías respiratorias superiores y pliegues de piel. En la mucosa buco faríngea habrá enrojecimiento generalizado y en muchos casos aparición de pequeñas placas blancas incluyendo la lengua (muguet), simulando costras de leche y acompañándose de dolor o ardor al alimentarse. Por otro lado, también estará afectada la nasofaringe provocando tos y aumento de la secreción nasal. El segmento intestinal también estará afectado provocando alteración de las evacuaciones por manifestaciones disentéricas (heces mocosas, verdosas y con estrías de sangre), cólicos y distensión abdominal por gases o crisis de estreñimiento.

En muchas partes de Venezuela, los síntomas que produce esta afección se les asignan algunos nombres populares como:
1-“Sapillo” a las lesiones que aparecen en la mucosa bucal cuyo nombre médico es muguet por su semejanza a una emblemática flor de Francia.
2-“Sereno” a la presencia de deposiciones diarreicas mocosas y verdosas
3-“Mal de ojo” a las periódicas crisis de llanto incontenible y que no puede encontrársele una explicación inmediata, pero con la creencia de que alguien había mirado fijamente al niño.

Todo este conjunto de signos y síntomas de desigual intensidad van a conformar el cuadro de Candidiasis del lactante que a veces confunde el diagnóstico cuando parece tratarse solo de catarro común, de una diarrea simple o de una dermatitis inespecífica. A pesar de esta sintomatología aparatosa, la vida del niño no está en riesgo toda vez que sus defensas van en aumento y su alimentación esté asegurada, especialmente si es con leche materna.

Con el diagnóstico preciso y el tratamiento específico (micostatin o ketoconazol) la curación es rápida. Pero en caso de desnutrición previa puede contribuir a un trastorno de malabsorción intestinal crónica empeorando la condición del niño.

En algunos casos puede asociarse a una pañalitis del lactante. En estos casos las lesiones serán más pronunciadas en el área del pañal, porque además de las manifestaciones agudas en las zonas profundas del los pliegues inguinales debido a la Cándida, habrá la irritación provocada por un pañal impregnado de excretas (orinas y heces) en contacto directo y prolongado con la piel del bebé.

Dr. Avilio Méndez Flores

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