Muerte durante el sueño


El “asesino” detrás de este crimen sería, según un nuevo estudio, la pérdida acumulativa de células en el área del cerebro que controla la respiración, dando pie a una condición denominada apnea central del sueño.

Científicos creen que esta condición se encuentra detrás de muchos decesos de personas durante horas de la noche, especialmente ancianos.

La apnea central del sueño es el cese de la respiración mientras las personas duermen, y su responsable es el cerebro, que deja de enviar de manera eficiente los impulsos nerviosos que indican al cuerpo cuando respirar.

Distintas apneas:

Existen varios tipos de apneas del sueño. Las principales son la apnea central del sueño, motivo del estudio, y la apnea obstructiva del sueño.
En la apnea central del sueño no hay un movimiento respiratorio, por una cuestión cerebral. Podría decirse que el cerebro se olvida de respirar

Cuando se trata de la apnea obstructiva del sueño, es más una falla “mecánica”. En condiciones normales, durante el sueño, los músculos de la parte superior de la garganta se mantienen abiertos permitiendo el paso del aire, pero en algunos casos estos músculos se relajan y se cierran impidiendo el paso del aire. Así se producen cortas interrupciones de la respiración causando estrepitosos ronquidos y dificultando la respiración.

Mientras que la apnea central del sueño puede producir la muerte, tal como el estudio lo indica, la apnea obstructiva del sueño produce sólo malestares graves.

Más proclives con los años:

El estudio, realizado por la Universidad de California, UCLA, en Los Ángeles, identificó el grupo de células responsables de generar la respiración en los mamíferos, que se encuentra en un área del cerebro denominada Complejo Pre Botzinger.

Luego de reconocer las células responsables de enviar estos impulsos “respiratorios”, los científicos inyectaron en ratas un compuesto que dañaba estas células específicas.

Una vez que las ratas ingresaban a la etapa de sueño semi-profundo, eran presa de apneas centrales de sueño.

Con el paso del tiempo, los lapsos de ausencia de respiración se alargaron y agravaron, incluso mientras los animales estaban despiertos. El jefe de la investigación, aseguró que nuestros cerebros pueden compensar hasta el 60% de las células del Complejo Pre Botzinger que perdemos con los años, pero llega un momento en que ya no son suficientes.

No hay ninguna razón biológica para que el cuerpo mantenga estas células de por vida. A medida que el tiempo pasa nos volvemos más proclives a la apnea central del sueño. Aunque existen razones para pensar que ciertos factores físicos, como la obesidad, favorecen a la apnea central del sueño, son los ancianos los que se encuentran en mayor peligro. Pero también se cree que esta condición podría provocar la muerte súbita en los bebés. El equipo de la UCLA también sospecha que esta condición afecta de manera más severa a gente con desórdenes neurodegenerativos, especialmente los que se encuentran en estados avanzados.

Dr. Avilio Méndez Flores

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