Las crisis de pánico


En los primeros episodios estos síntomas generalmente se presentan sin motivo aparente y luego se agregan crisis asociadas a situaciones o lugares (por ejemplo, salir o quedarse solo, espacios encerrados o con mucha gente). Como consecuencia de lo anterior es común que la persona se sienta preocupada por volver a tener una crisis y experimente una tendencia por evitar situaciones o lugares que se perciben asociadas al riesgo de nuevas crisis.

Esta vivencia es en extremo desagradable y se acompaña de miedo intenso y un impulso irresistible a huir o buscar ayuda. Como consecuencia de las crisis se produce un estado de temor a que estas se repitan llamado ansiedad anticipada. La mayor parte de las personas afectadas desarrolla conductas de evitación a las que se llaman agrofobia y que tienen por fin no exponerse a situaciones que se asocian con un mayor riesgo de nuevas crisis de pánico.

Se estima que al menos un 3% de nuestra población, se verán afectadas por este problema en algún momento de sus vidas. El trastorno de pánico suele comenzar entre la segunda y tercera décadas de la vida, aunque puede presentarse en personas de cualquier edad, incluso en niños. Es dos a tres veces más frecuente en mujeres que en hombres. El trastorno de pánico afecta con mayor frecuencia a personas que también padecen de enfermedades del ánimo como depresión o bipolaridad, y de otros trastornos por ansiedad, como ansiedad generalizada, ansiedad social y estrés post traumático.

Características:

El episodio de angustia:

Constituye la principal manifestación de trastorno. Se caracterizan por ser episodios de angustia de intensidad extrema, inicialmente de comienzo brusco y sin motivo aparente, con intensos síntomas físicos, asociados a sensaciones de muerte, terror o descontrol.

Con el curso de la enfermedad también se presentan crisis de intensidad limitada, del tipo que el paciente siente que “puedo controlar”.

Estas crisis leves tienen gran importancia en la evolución de la enfermedad, ya que suelen pasar desapercibidas, y de este modo favorecen la persistencia de síntomas residuales y luego de recaídas.

Ansiedad anticipatoria:

Estado de preocupación casi permanente, por temor a que las crisis se repitan. Aparece o aumenta su intensidad cuando debe enfrentarse una situación temida y puede llegar a ser el síntoma que más sufrimiento produce, ya que acompaña a la persona de un modo continuo

Conductas de Evitación (Agorafobia):

Se intenta evitar situaciones o lugares que se asocian con nuevos episodios, o bien, con la dificultad de huir o recibir ayuda oportuna en caso de una nueva crisis, Ejemplos comunes son evitar salir o viajar solo, espacios cerrados, muy concurridos o aislado, reuniones sociales, usar transporte público y cruzar túneles. El síndrome de pánico tiene tratamiento psicoterapéutico.

Dr. Avilio Méndez Flores

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