La epistaxis

Es el sangrado o hemorragia nasal, lo cual es muy frecuente, puede que una de cada 10 personas lo haya sufrido, bien de forma ocasional o repetida. En los niños, sobre todo entre los 2 y los 10 años es bastante habitual, mientras que en los menores de 2 años y en los adolescentes es menos frecuente.

La nariz, sobre todo algunas zonas del tabique, tiene muchos vasos sanguíneos, lo que permite que pequeños golpes -a veces sólo con rascarse-, un catarro, alergias o la sequedad ambiental puedan lastimarlos y comenzar a sangrar. En los niños es muy frecuente cuando están acatarrados y puede ocurrir mientras duermen. Es muy raro que la causa sea alguna enfermedad como una alteración de la coagulación de la sangre o la tensión arterial aumentada.

Cuando un niño sangra por la nariz es muy fácil ponerse nervioso y asustar al propio niño que muchas veces está bastante tranquilo, por eso lo primero y fundamental es mantener la calma.

La epistaxis en los niños suele ser leve y es muy raro que tenga alguna repercusión importante, aparte de lo que mancha.

El sangrado suele ser en forma de goteo y puede ceder por sí solo o con algunas maniobras. Para cortar la hemorragia la maniobra más sencilla y eficaz es apretar la nariz con los dedos, haciendo pinza con el dedo índice y el pulgar con la fuerza suficiente para que deje de sangrar, aunque a veces resulta molesto porque el niño tendrá que respirar por la boca. La postura del niño debería ser sentado o de pie, con la cabeza en la posición habitual, ¡no hace falta echarla hacia atrás! La compresión se puede mantener unos 5-30 minutos hasta que deje de sangrar. Si pasado ese tiempo la hemorragia no ha cedido, es aconsejable buscar asistencia sanitaria.

Dr. Avilio Méndez Flores

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