Escuela para padres III (Desarrollo psicomotor del niño)

-Los padres no deben intentar la anticipación de determinado desarrollo. Del mismo modo no se le debe obligar a que ande antes de haber adquirido el sentido del equilibrio y la fuerza física necesaria, tampoco se debe exigir de él esfuerzos de comprensión y razonamiento que no estén a nivel de sus posibilidades.

-A los períodos de rápida asimilación por parte del niño, seguirán otros de estancamiento e incluso de aparente regresión. Este hecho es normal y no debe preocupar.

-Hablad a tu hijo sin preocuparte de que te entienda o no, El niño necesita oír hablar, y hablar bien, sin gesticulaciones, gritos ni esas medias palabras ñoñas con que muchas madres suelen dirigirse al niño creyendo que no le entiende.

-Hablarle al niño en tono normal. No usar onomatopeyas ni palabras deformadas. Es el hijo el que debe imitar el lenguaje de los padres y no éstos al niño. Aunque el hable mal ya irá mejorando su pronunciación.

-Responder siempre a las preguntas de tu hijo, por muy pesado que se ponga.
El bilingüismo no es perjudicial. El niño puede aprender muy bien dos idiomas al mismo tiempo sin que ello implique una limitación en su vocabulario.

-La utilización del “yo” y del “mí” denota el comienzo de la segunda infancia: el niño se ha descubierto a sí mismo (alrededor de los tres años).

-El niño emplea las mismas palabras que los adultos, pero el significado que les da es muy diferente. No debemos por tanto alarmarnos si sus explicaciones resultan a veces muy confusas.

-Hasta loa tres años, el juego del niño es eminentemente individual. Si se forman grupos, son casuales y de breve duración. A partir de entonces, el juego cobra un valor social incalculable. El carácter del niño se perfila claramente.

-El juego es para el niño una ocupación importante; no burlarse nunca de sus juegos.

-Los métodos del instruir deleitando podrán ser muy antiguos, pero no han perdido actualidad.

-Al niño no hay que obligarlo a jugar. El juego deja de serlo si se transforma en obligación.

-Si su hijo es zurdo no hay que contrariar su tendencia habitual, aunque si convendría enseñarle a manejar ambas manos.

Dr. Avilio Méndez Flores

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